La falta de vivienda es un tema importante en todo el mundo. Este problema se puede conectar temáticamente a muchos otros ejemplos en el corpus, en particular a aquellos que abordan la crisis de los migrantes. Este sombrío cortometraje griego en stop motion detalla el dolor de un anciano sin hogar que pide dinero en las calles. Los jóvenes de 12 a 15 años de edad encontrarán que el poder afectivo de esta película es significativo como trampolín para considerar el papel de la falta de vivienda en sus propias vidas y su comprensión de la misma. Es importante destacar que la película lleva al espectador a considerar las causas de la falta de vivienda así como menciona las enfermedades mentales. Cabe también destacar que es uno de los pocos cortometrajes de plastimación en el corpus, siendo muestra de un nicho importante entre los estilos de animación que generalmente se encuentran en los medios de comunicación para niños y jóvenes.