Este cortometraje croata está realizado en un elegante y excéntrico stop motion. Un grupo de vecinos de un bloque de pisos en una zona de la ciudad pueden verse mientras viven sus vidas. Cuando uno de los vecinos encuentra un libro de fotos antiguas, empieza la música: se sube a la azotea del edificio y toca su saxofón hasta que todos los vecinos abren las cortinas para ver a qué se debe el alboroto. La música es tan tentadora que un pulpo emerge del mar cercano para unirse. A la invitación del pulpo, todos los vecinos sacan un instrumento y se unen al saxofonista. Esta visión tan particular de los temas de la convivencia demuestra cómo la música puede unir a las personas. Esta película brinda la oportunidad de debatir sobre el aislamiento en el espacio urbano y la solución a ese problema. También se tratan cuestiones de herencias culturales.
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