Esta ingeniosa película en stop motion fue creada como proyecto estudiantil en el Royal College of Art del Reino Unido por Anna Mantzaris, quien atribuye su inspiración para la película al cambio cultural que experimentó después de mudarse de Suecia a Reino Unido. Sólo dos minutos de duración, esta película es uno de los cortometrajes más cortos. Los residentes de una ciudad gris llegan al extremo de tener «suficientes» tensiones cotidianas de la vida normal. Las formas se pierden y las reglas se desobedecen cuando los ciudadanos comienzan a experimentar las molestias de la vida diaria. Todo comienza sutilmente: un hombre en una fila abandona la pretensión de estar de pie y se apoya en la persona que tiene delante. Entonces se vuelve cada vez más absurdo y oscuro. Una camarera arroja comida a un comensal. Un cochecito es pateado pendiente abajo. Este stop motion de alta calidad y estéticamente excelente es lo suficientemente suave como para hacer que la violencia implícita de estas acciones sea más graciosa que cruel. Los jóvenes de 12 a 15 años disfrutarán del tono anárquico de esta película, que ofrece una excelente manera de presentar el tema de la ciudadanía. Por ejemplo, las reglas tácitas que se identifican con una sociedad que funciona con éxito y qué sucede si se rompen.