La cruda ironía del título de este cortometraje demuestra el duro tratamiento que da al difícil e importante tema de la migración forzada. La película comienza como una animación tradicional, representando a un grupo de refugiados, representados mediante trazos simples, que huyen del peligro buscando la seguridad en Europa. Cuando el grupo prevé su llegada a la Torre Eiffel y a la Torre de Pisa, los peligros de su viaje se presentan casi con sarcasmo. Esto es efectivo para hacer que el espectador se sienta incómodo, ya que los horrores y las dificultades de la crisis de los refugiados se describen de una manera deliberadamente ruda. Esta incomodidad se supera al final de la película una vez que la animación cambia dramáticamente a una toma en vivo de un refugiado entrevistado para asilo por un grupo de oficiales. Este ingenioso y desafiante cortometraje es una poderosa forma de animar a los jóvenes de entre doce y quince años a enfrentarse a la realidad de la crisis de los inmigrantes. Se aconseja prudencia antes de elegir este cortometraje: es adecuado para jóvenes emocionalmente maduros con experiencia previa en el manejo de temas sofisticados y difíciles en un contexto de debate en grupo.